Cambio de rumbo
En muchas organizaciones, cuando se produce un relevo en la dirección, surgen incertidumbres, recelos y sensación de ruptura. El problema de fondo suele ser siempre el mismo: la falta de comunicación.
Durante los periodos de transición, los malos entendidos o las “buenas voluntades” mal gestionadas pueden poner en riesgo el trabajo de muchos años. A menudo, las nuevas direcciones buscan marcar diferencias con respecto al pasado, pero si no existe una estrategia clara de comunicación y participación, el resultado puede ser la misma desconfianza que ya existía.
La paradoja del liderazgo
El liderazgo no consiste en acumular poder, sino en comprender que la realidad tiene múltiples ángulos. Lo que unos ven blanco, otros lo perciben negro, y quizás la pelota tiene en realidad dos colores. Liderar es saber mirar desde distintas perspectivas y construir un proyecto común.
Lecciones frecuentes en los cambios de dirección
- El prejuicio inicial
Cuando una organización ya ha vivido etapas difíciles, cualquier cambio suele despertar defensas, miedo y desconfianza. - El recuerdo del pasado
Incluso líderes bienintencionados pueden haber dejado huella de desorganización o falta de comunicación, y esas grietas permanecen en la memoria de la organización. - La llegada de la nueva dirección
Muchas veces lo que se percibe como “renovación” acaba siendo continuidad de un modelo personalista que no fomenta equipos autónomos. - La estrategia fallida
El error más común es rodearse de perfiles que obedecen, pero no aportan visión técnica ni estratégica.
La oportunidad
Los grandes cambios no nacen de discursos, sino de procesos claros, conversaciones incómodas y un liderazgo auténtico que forme personas autónomas en lugar de simples seguidores.
Hoy más que nunca, las organizaciones tienen la oportunidad de apostar por programas de liderazgo transformador, centrados en negociación, comunicación y trabajo en equipo.
- Conectando Talento (Yolanda Muñoz) impulsa el descubrimiento del potencial en equipos jóvenes que necesitan referentes sólidos.
- Eduardo Rosser aporta herramientas prácticas para que las direcciones aprendan a negociar, alinear y movilizar.
Negociar también es liderar
Negociar no es solo hacerlo con clientes o proveedores. También se negocia con el pasado, con los egos, con las heridas organizacionales… y con el futuro.
El futuro que aún puede escribirse
El liderazgo auténtico consiste en construir con otros, no en acumular poder. El cambio es posible, pero requiere una decisión firme: liderar de otra manera, con apertura, escucha y visión compartida.